LA UNIDAD EN LA IGLESIA-7

Por Mario Niño, DMin.

Recordemos que la Guía de Estudio de la Biblia para el último trimestre del 2018 trata sobre la Unidad de la Iglesia. El autor nos aclara que el propósito en este trimestre es “brindar instrucción bíblica sobre el tema de la unidad cristiana para los adventistas del séptimo día”. Al estudiar este tema de la Unidad en Cristo, tenemos que tener en cuenta que hay dos aproximaciones que nos llevarán a resultados diferentes: La Unidad-idealista y la Unidad-realista. La primera se concentra en lo que debería ser, mientras que la segunda analiza lo que realmente es. Los dos enfoques tienen su lugar, y los dos enfoques deben ser tomados en cuenta al considdrar el problema de Laodicea que piensa que está bien.

El último período del cristianismo se complica porque Laodicea afirma: “de ninguna cosa tengo necesidad”, y cierra la puerta a cualquier ayuda externa. Técnicamente, nadie puede ayudar a Laodicea. La autosuficiencia cierra la puerta a cualquier ayuda externa, aunque esa ayuda sea buena, necesaria y conveniente. ¿Cómo puedes ayudar a alguien que piensa que tiene todo lo que necesita y que no necesita nada más? Esa es la descripción del cristianismo y de las miles de iglesias que conforman el cristianismo. Piensan que están bien, y la realidad es que está mal, muy mal. 

En la lección # 10 que trató de la Unidad y las Relaciones Rotas el Dr. Fortín enfatizó que “La mayor demostración del poder del evangelio no es necesariamente lo que la iglesia dice, sino cómo vive la iglesia.” Después de mencionar brevemente lo que sucedió con Marcos y con Onésimo, la mayor parte del tiempo analizó los sub-temas siguientes:

1. Dones Espirituales para la Unidad. En el año 57 e.c., Pablo aconsejó a la iglesia de Corinto sobre las las rivalidades que se estaban presentando (pues unos decían yo soy de Pablo y otros, yo soy de Apolos), que “Ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.” 1-Cor. 3:7. Es ante esta situación que Pablo dijo que “hay diversidad de ministerios…pero Dios es el mismo.” 1-Cor. 12:5,6. La unidad dentro de la diversidad debemos aplicarla al cumplimiento de la misión  como afirna E. G. de White en “Evangelismo”, pp. 98-103. 

En el cuerpo humano hay diversos sistemas y órganos que cumplen funciones diferentes, pero que conducen a un equilibrio (homeostasis), que produce un funcionamiento armonioso, silencioso y unificado. En el cumplimiento de la misión Dios nos llama a cooperar, no a competir unos con otros. No debe haber competencia entre ministerio y ministerio, o departamento con departamento, ni programas con programas. Los sistemas del cuerpo humano no compiten unos con otros, sino que se complementan unos con otros. Significa esto, que mientras aceptamos la unidad en la diversidad en relación con el cumplimiento de una misión, esa diversidad no se aplica en el campo de las creencias, conceptos o criterios filosóficos. No es que cada uno piense y actúe como quiera y se convierte en una rueda suelta dentro de la organización eclesiástica de la Iglesia Adventista.

2. La Restauración y la Unidad. Si estamos unidos en los principios, valores y metodología vigentes en el reino de Dios (para lo cual se requiere no solo leer la Biblia, sino escudriñarla), ahorraríamos muchos sinsabores y discrepancias que consumen horas y horas de reuniones y comités de trabajo que perturban la unidad de la iglesia, pues las diferencias entre los que conforman el grupo de pensamiento liberal y los grupos de pensamiento ortodoxo, conservador o radical,  distraen y enredan las cosas. ¿Cómo resolver esta situación? Finalizan dando tres opciones. Se toma la votación y queda contento un grupo, mientras que los otros grupos quedan descontentos. ¿Cuál es entonces la solución para la restauración de la unidad? Pues la única solución que hay es, que la deidad, el Dios YHWH / Jehová / elohym sea la base real de la vida espiritual de dirigentes y dirigidos. Ninguna otra solución puede resolver la situación. Si estamos tan “ocupados” en las cosas de Dios que sde afecta la relación con el Dios que determinó esas cosas, difícilmente se logrará la unidad.

En la lección # 11 que trata de la Unidad en la Adoración, el Dr. Fortín enfatiza que “Sin oración ni estudio de la Biblia con el deseo de conocer la verdad de Dios para nosotros, nuestra comunidad no podrá experimentar la unidad en Cristo.” Debe quedar claro lo siguiente:

1. El Mensaje del Primer Ángel: El propósito de la adoración que cada hijo de Dios debe tener en la vida es: Temer a Dios y darle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. (Apoc. 14:6,7). Se nos invita a dar gloria a Dios con respeto, reverencia, y solemnidad. No es la ekklesía la que debe recibir la gloria, ni tampocolos que son llamados por Dios para dirigir, proclamar, o anunciar. La gloria debe ser dada a Dios mostrando que los principios y valores del reino de Dios, son reconocidos como los únicos válidos en la vida de los hijos de Dios y se esfuerzan en llevarlos a la práctica. No es decir, que los aceptamos y reconocemos sino practicar esos principios y valores. Tampoco es un buen tema para predicarlo en el púlpito, pero que se desconoce en la toma de decisiones día a día en la vida práctica.

2. El Estudio de la Biblia: Cuando el Señor aconsejó “Escudriñad las Escrituras” Juan 5:39, utilizó el vocablo  ereunao (que significa inquirir, buscar, investigar). Aunque es necesario leer las Esceituras, el texto es enfático al señalar que hay que dar espacio e importancia a la investigación bíblica. Leer es necesario, es conveniente, y algunos leen toda la Biblia cada año lo cual es encomiable. Pero solo leer, no responde al consejo del Señor. Lo uno no reemplaza lo otro. Es  necesario leer y también escudriñar. Reconocemos que en el cristianismo la mayoría de iglesias motivan a sus miembros a leer la Biblia, pero no promueven ni capacitan a sus feligreses para estudiarla o ‘escudriñarla’. Sería un excelente proyecto para la iglesia local establecer una clase de investigación bíblica.

Cuando Cristo dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi.” Juan 5:39, se estaba refiriendo a la Biblia hebrea versión Septuaginta (o versión de los Setenta), que es la principal versión traducida al griego por orden del rey Ptolomeo II Philadelpho (284-246 a.e.c.), porque los libros del Nuevo Testamento todavía no se habían escrito. Se escribieron entre los años 44-95 e.c. La organización del canon para el Nuevo Testamento se concretó dos siglos después de escribirse el libro de Apocalipsis.

La Biblia hebrea tiene tres secciones importantes: 1. Las instrucciones de Dios (torah), que incluyen las leyes, mandamientos, decretos, estatutos y ordenanzas necesarios para Israel como pueblo hebreo y como religión hebrea. Las instrucciones incluían lo civil, lo religioso, lo litúrgico, lo económico, lo moral, lo social y lo biológico. 2. La segunda sección contiene los escritos de los Profetas mayores y menores, y 3. La tercera sección incluye los otros escritos (históricos, poéticos y de sabiduría), y cada sección tiene un propósito.

E. G. White advirtió que: “(los) hijos de Dios serán descarriados cuando dependan de las palabras de los hombres en vez de investigar por sí mismos las Escrituras, como lo hicieron los nobles bereanos.” Mensajes Selestos, t. 2, p. 454, citado en Notas de E. G. White, Oct.-Dec. 2018, p. 79.  

Más información sobre Cómo Estudiar la Biblia en: http://www.inter-religioso.com – Si este artículo ha sido de ayuda, envíenos su comentario o preguntas a:  nino@andrews.edu

“CONOCIENDO EL MUNDO DE LAS RELIGIONES, Y LAS RELIGIONES EN EL MUNDO”

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