LA MISIÓN DE LA IGLESIA-2X

Por Mario Niño, DMin. 

La misión original dada al pueblo de Israel incluyó cuatro elementos, de los cuales dos de ellos son expresados  en el texto bíblico y los otros dos están tácitos o sobre entendidos. Veámoslos: En la misión dada a Israel en Lev. 11:45, se señala en primer lugar (1) La sumisión del hombre para permitir la soberanía de Dios. En segundo lugar (2), los israelitas debían recorrer el camino de la santidad. Estas dos premisas primarias generarían una transformación en la vida de los hijos de Israel, que se convertirían automáticamente en un (3) testimonio ante las naciones, y ese testimonio generaría interés y deseo de conocer más acerca del Dios de Israel. Los israelitas tendrían entonces la oportunidad de (4) enseñar y predicar acerca de Dios. En el Salmo 67:1,2 escrito alrededor del año 1.000 a.e.c., el salmista dice: “ Dios…haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación. El plan de salvación incluyó a todas las naciones tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. 

La misión dada al cristianismo mantenía la validez de la misión original pero el Señor destacó la proclamación del evangelio en todo el mundo cambiando el modelo centrípeto dado a Israel. Marcos por inspiración divina registró: “Id por todo el mundo y predicad  (kerusso) el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado será salvo; más el que no creyere, será condenado.” Mar. 16:15,16. Este texto no dice que la misión original se anulaba para crear una nueva misión. Aclara que la misión original con un énfasis centrípeto (tendencia que va de afuera hacia el centro), captaría el interés de las naciones y buscarían el conocimiento de Dios Zac. 8:20-23. Con el cristianismo el Señor indicó el modelo centrífugo (tendencia que va del centro hacia fuera). Así, la misión de la iglesia sería: 

1. Re-establecer la soberanía de Dios, 2. Seguir el camino de la santidad, 3. Dar testimonio ante las naciones, y 4. Predicar o proclamar el evangelio en todo el mundo.

La proclamación del evangelio fue incluída en la misión original dada a Israel, y enfatisada a los a´postoles; no excluyó ni mucho menos anuló la misión original dada a Israel. ¿A cuál evangelio hace referencia? Al evangelio eterno, es decir las ‘buenas nuevas’ que fueron buenas en el tiempo de Adán y Eva, pero  que también fueron buenas en el tiempo de los patriarcas y profetas, y en el tiempo de los apóstoles y que todavía son buenas para quienes vivimos en el presente siglo. Lamentablemente el cristianismo en el siglo IV se desvió del sendero trazado por Dios y en el 312 e.c. con la victoria de Constantino en el Puente Milvio, este  llegó a ser el amo absoluto de la parte occidental del Imperio Romano y doce años después en el 324 e.c. en Crisópolis, las tropas de Constantino vencieron a Licinio permitiendo (que Constantino) llegara a ser el amo absoluto de todo el Imperio Romano (Oriente y Occidente). La victoria de Constantino se convirtió también en la victoria agridulce del cristianismo pues al mezclarse con el paganismo ya no representaría el cristianismo genuino.

En la religión de la Roma Antigua, el Pontífice Máximo (latín Pontifex Maximus), era la autoridad máxima en el paganismo romano. Con el transcurso del tiempo, esa posición se fue inclinando hacia la política y cuando César Augusto (cuyo nombre completo en latín era: Caius, Julius, Caesar, Octavianus, Augustus), fue emperador (27 a.e.c. hasta 14 e.c.),  logró que se aceptara su idea que el emperador fuera a su vez el Pontífice Maximo de la religión romana. Debido a esa práctica, cuando Constantino en el 324 e.c. llegó a ser el emperador absoluto del Imperio Romano, también se consideró como el Pontífice Máximo del paganismo y el Pontífice Máximo del cristianismo. No consultó con nadie, y convocó el primer concilio de la iglesia para el año siguiente (325 e.c.) en Nicea, a fin tratar entre otras cosas, la definición de la naturaleza de Cristo. ¿Quién realmente dirigía el cristianismo? La respuesta es: El Emperador Romano.

La iglesia tiene como parte de la misión, proclamar el evangelio.¿Cuál de los evangelios? En el cristianismo hay diferencia en el contenido  del evangelio como lo predican los católicos-romanos, los ortodoxos-griegos, los protestantes-luteranos, los reformados-calvinistas, o los radicales-anabaptistas. Mientras los católicos-romanos lograron convencer a sus feligreses que la salvación era mediante la virgen María y los santos, los ortodoxos-griegos afirmaron que la salvación era por gracia, y Lutero promovió el concepto que la salvación era solo por la fe y la fe sola (Sola Fide). Calvino, (clérigo francés), enfatizó que no era solamente por fe como decía Lutero, y promovió el concepto de las cinco Solas (Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solo Christus, Sola Dei Gloria). La reforma radical originada en Suiza e impulsada por Zwinglio no aceptó ni la definición de Lutero, ni la definición de Calvino. y afirmaron que la salvación en primer lugar requería el reconocimiento de la soberanía de Dios.

Hoy dia, no todas las iglesias cristianas reconocen la misión original de Dios, pues creen que el Antiguo Testamento era el antiguo pacto y que era válido únicamente para los judíos. Afirman que el cristianismo se rige por el Nuevo Testamento (que es el nuevo pacto), y dan a entender que la salvación que fue difícil para los judíos, ahora es muy fácil para los cristianos, dando una imagen incorrecta de Dios, porque los grandes principios de justicia y misericordia que rigen el reino de Dios, no le permiten a Divinidad obrar con injusticia. No es verdad que Dios puso las cosas fáciles para los que viven en el Nuevo Testamento y difíciles para los que vivieron en el Antiguo Testamento, pues las leyes de Dios (toráh), nunca fueron establecidas como parámetros de salvación, sino como un código de ética o manual de conducta.No hay tal verdad de que ‘por gracia’ podemos vivir y hacer lo que queramos, y todavía Dios nos salvará, pues Dios desde un principio indicó el camino que se debe seguir al decir: “Este es el camino, andad por él” Isa. 30:21.    

El evangelio está fundamentado en Dios. Cuando la Escritura habla del ‘evangelio eterno’, se refiere a la buena noticia, que fue sido buena desde antes de la fundación del mundo: ¿Y cuál fue esa buena noticia? Que Dios, como un acto de justicia y misericordia, decidió enviar a Su Hijo a esta tierra como “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y dio a todo ser humano la oportunidad de recuperar la vida eterna, siempre y cuando los hijos de Dios reconozcan y acepten la soberanía de Dios. Si Dios es el Dios de ellos, ellos serán su pueblo. Serán clasificados en el juicio final en el grupo que recibirá el privilegio de vivir por la eternidad. Este juicio a las naciones incluye hasta quienes dicen ser ateos y no creen en la existencia de Dios.

Nuestra misión no es participar en una competencia religiosa de ‘creencias y doctrinas’ donde todas las iglesias afirman: Somos la iglesia verdadera. En el cristianismo de hoy, más de 44.000 denominaciones cristianas predican el mismo mensaje que se resume en cuatro afirmaciones: 1. Tenemos la verdad, 2. Como tenemos la verdad somos la iglesia verdadera, 3. Como somos la iglesia verdadera formamos parte del reino de Dios, y 4. Al formar parte del reino de Dios tenemos asegurada la vida eterna. Por el efecto de concatenación, eso sería cierto si la primera declaración fuera verdadera; pero cuando la primera afirmación no es verdadera, el resto del razonamiento se derrumba, pues la verdad es una sola!

Nuestra proclamación debe estar centralizada en Dios! ¿Quién es Dios? ¿Por qué Dios hace lo que hace? ¿Cómo solucionó Dios el problema de la rebelión? ¿Cuál es el requerimiento de Dios para recuperar la vida eterna? Estas son preguntas esenciales que deben ser aclaradas en la mente de cristianos sinceros que anhela vivir con Dios por la eternidad; el buscar respuestas para estas preguntas, nos llevarán a un estudio e investigación de la Palabra de Dios. La metodología que usan muchas iglesias de ir al frente con un esquema de creencias y doctrinas refleja un énfasis eclesiocéntrico, donde lo importante es la ekklesía. El mensaje para este tiempo es: “Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” Apoc. 14:7, y eso nos indica que nuestro énfasis debe ser teocéntrico, donde la figura principal siempre es y debe ser Dios.  

Agradecemos sus comentarios y opiniones enviando un correo a: nino@andrews.edu

Le recomendamos leer también el artículo “Y no quisiste”, en www.inter-religioso.comventana Español.

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