Los sermones sobre el período de Laodicea, en la mayoría de los casos se concentran en la descripción del problema, pero no en la solución. Lo importante en el mensaje a Laodicea es la fórmula de solución, que indica cómo salir de la condición de indiferencia espiritual. Algunos piensan que el mensaje a Laodicea está dirigido a una iglesia en particular, pero cuando fue escrito en el año 95/96 e.c. no existía ni el catolicismo, ni el protestantismo. Así, el mensaje a Laodicea señala un problema que afecta a todas las ramas e iglesias que conforman las más de 44.000 denominaciones del cristianismo.
El profeta Oseas, (contemporáneo de Isaias 740 a.e.c), al describir la situación de Israel, tanto en el Norte, como en el Sur declaró: “Mi pueblo fue destruído porque le faltó conocimiento Ose. 4:6. ¿A cuál conocimiento hizo referencia? Al conocimiento de Dios indudablemente! Esa fue la razón del fracaso de Israel. Vivieron ignorando a Dios pero enfatizando la ley de Dios. Desafortunadamente la ley no fue dada como parámetro de salvación para determinar quién se salva o quién se pierde. La ley fue dada como un código de ética o manual de conducta que indica cómo debe vivir en comunidad un hijo de Dios.
El mensaje de Laodicea está dirigido al cristianismo en general. Al principio el cristianismo se consideró como otra secta judía, pero fueron los judíos los que convencieron al emperador, que el cristianismo era una religión diferente. En el año 313 e.c., cuando Constantino el Grande, tomó el poder, las cosas cambiaron para el cristianismo. La unión de la iglesia y del estado fue considerada por unos como una bendición y por otros como una maldición.
Las sedes principales del cristianismo estaban ubicadas en Jerusalén, Antioquía de Siria, Constantinopla, Alejandría y Roma. Cuatro de estas sedes estaban en oriente y una en el occidente. Roma (la sede occidental) enfatizó su importancia por estar ubicada en la sede del Imperio Romano, pero otros obispos no estuvieron de acuerdo. El choque entre oriente y occidente produjo en el año 1.054 e.c. la primera división del cristianismo cuando el Papa de Roma excomulgó al Patriarca de Constantinopla. Quinientos años después se produjo la Reforma Protestante. Debemos enfatizar que Martín Lutero no se propuso organizar una nueva iglesia. El enfrentamiento entre el Papa y Lutero generó la Reforma Protestante Luterana y luego la reforma Calvinista y también la Reforma Radical y la Reforma Anglicana.
El mensaje a Laodicea, describe la situación del cristianismo. Es la situación del catolicismo, del protestantismo, del anglicanismo, y de las iglesias radicales. Es la situación del mundo cristiano.En Apoc. 3:14-21 leemos: “Escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea”. 1. Con la palabra ángel se identifica al mensajero, al dirigente religioso, llamado en el griego del NT presbítero -persona de mayor influencia, de mayor edad, reconocido por su liderazgo en las iglesias, pero que no era un sacerdote. La palabra presbítero fue traducida al español como anciano. Curiosamente, quien ha sido el obstáculo para el reavivamiento en Laodicea es justamente “el ángel” porque se ha dedicado a enfatizar lo que no es prioritario, y ha dejado de hacer lo que es más importante. Como dijo el filósofo lationoamericano: Lo prinero es lo primero.
2. ¿Quién habla en Apoc. 3:14? ¿Quién dice: “Yo conozco tus obras que ni eres frío ni caliente? El Hijo de Dios. Laodicea, no es de aquí, ni de allá; no es ni lo uno ni lo otro y esta es una posición sumamente peligrosa para un cristianismo que debía producir los frutos espirituales que Israel no logró producir.
3. “Porque tu dices yo soy rico, y de ninguna cosa tengo necesidad y no sabes que… Apoc. 3:17”. Aquí se identifica cuál es el problema real: Laodicea no sabe ni comprende cuál es su verdadera condición! Es increíble pero en más de 44.000 denominaciones cristianas que existen, todos los creyentes están tranquilos porque creen que tienen la verdad. Esos feligreses viven confiados que están en la iglesia verdadera, y esto les da una sensación de seguridad. Así lo creen los católicos, pero también los protestantes, los ortodoxos, los anglicanos, los radicales, etc. En estas comunidades religiosas cristianas hay gente sincera que quiere tener un mayor conocimiento de Dios, pero cuyos dirigentes religiosos están ocupados en otra cosa. Otra agenda, que es diferente a la agenda de Dios.
El problema de Laodicea tiene solución. Esto lo corrobora la fórmula dada por Dios en Apocalipsis cuando dice: “Por tanto, yo te aconsejo que de mi compres…” Apoc. 3:14 El que habla es el representante de la divinidad. Un Dios que está envuelto en un misterio, pero un Dios que está presente y que no debe ser ignorado, porque al final sucederá lo que Dios advirtió. Moisés afirmó, que “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios, más las reveladas son para nosotros y nuestros hijos.” Deut. 29:29. Por ello solo podemos conocer de Dios, lo que Él mismo ha revelado.
Cinco cosas necesitamos saber acerca de Dios: 1. ¿Quién es Dios? 2. ¿Por qué hace lo que hace?
3. ¿Cuál fue el problema que enfrentó el reino de Dios? 4. ¿Cuál fue la solución divina para ese problema? y… lo esencial, 5. ¿Cuál es el requisito de Dios para recuperar los privilegios perdidos? La fórmula de solución incluye varios verbos: Comprar, Abrir, Vencer entre otros. El proceso de comprar describe una necesidad y la compra es un intercambio de valores. El Señor dice que para solucionar el problema de Laodicea, es necesario intercambiar valores divinos por valores humanos.
Los valores son los que determinan las decisiones. Estos son pasados de una generación a otra por los padres, maestros, la iglesia y la comunidad. El problema con los valores radica en que no siempre coinciden con los valores de Dios. Esta es la situación: Fuimos creados para vivir por la eternidad, pero surgió un problema, y perdimos ese privilegio. Para recuperar el privilegio, es necesario cambiar nuestros valores porque los valores del mundo no siempre coinciden con los valores de Dios. El ser humano intenta disfrutar lo bueno de este mundo y quiere también, disfrutar lo bueno del mundo venidero.
Las iglesias en el cristianismo de hoy están en una rivalidad por ser reconocidas cada una como la iglesia verdadera. Están centradas en enseñar acerca de si mismas; pero en el juicio final lo que define el destino de una persona, es la posición de Dios en la vida de esa persona. Una decisión que toma el ser humano en su libre albedrío. Por eso el Señor dice: “He aquí estoy a la puerta y llamo. Si alguno abriere la puerta…” Apoc. 3:20 ¿Cuál puerta? La puerta del corazón, que también es la puerta de la mente, de los sentimientos, de las emociones, de las decisiones. Lo más difícil en el cristianismo es abrir una puerta cerrada y nos referimos a la puerta de la mente la mente. La gente hace lo que hace, y piensa lo que piensa, porque lo recibieron de sus padres, sus abuelos, su cultura, su religión, pero nunca se han preguntado si lo que le enseñaron sus padres, su cultura y su religión, está de acuerdo con los principios y valores de Dios. La decisión de comprar y de abrir está en nuestras manos y esto determinará nuestro destino final.
Nuestro próximo tema de esta serie tratará sobre Cómo Conocer a Dios.