Por Mario Niño, DMin. Al terminar el trimestre sobre el estudio del Santuario, alguien me comentó: “Pasamos todo el trimestre, y al final no pude entender qué era lo que teníamos que aprender acerca del santuario”. Esto pasa a menudo; ocurre cuando los que tienen la responsabilidad de enseñar o explicar las lecciones bíblicas, no logran captar el propósito del estudio. Para el trimestre abril-junio, 2020 el Dr. Frank M. Hasel (autor de la Guía de Estudio), definió el propósito en el mismo título: “Cómo interpretar la Biblia”, es decir, el objetivo es aprender a interpretar correctamente la Biblia.
A veces alguien pregunta: ¿Por qué el cristianismo se dividió tanto, cuando se tenía la misma base bíblica? ¿Cómo llegaron a diferentes conclusiones? La respuesta es fácil: No siguieron con cuidado las reglas establecidas para interpretar correctamente. El objetivo no es interpretar per sé. El objetivo es interpretar correctamente; solo de esta manera todos pueden llegar a la misma conclusión, la conclusión correcta. Por ello, no se entiende por qué hay más de 44.000 versiones de la verdad, y al mismo tiempo difieren en su aplicación y en la práctica de esa verdad.
El objetivo es: Cómo interpretar la Biblia correctamente. Es un objetivo que se logra al seguir cuidadosamente las reglas y principios que se deben utilizar en el estudio y la investigación bíblica para interpretar correctamente el texto sagrado. Así que son dos cosas que están relacionadas, y que una genera la otra. Mientras el objetivo es ‘aprender a interpretar correctamente’, el proceso para alcanzar ese objetivo es saber cómo estudiar la Biblia. Es algo así como una ley de causa y efecto. Si se sigue el proceso correcto en la investigación de la Biblia, se logrará realizar una interpretación correcta. Por ello, tan importante es el resultado, como el proceso por el cual se logra el resultado.
Son dos cosas que debemos comprender: La Exégesis es la interpretación. Para lograrla se utiliza la Hermenéutica, que es la ciencia que sigue los principios, leyes y directrices que hay que seguir en la investigación bíblica. Afortunadamente el autor está enfatizando las dos cosas que nos permiten ver que es diferente leer a estudiar o investigar. Me atrevería a decir, que aún para motivar la lectura de la Biblia, deberíamos ayudar a los creyentes a entender que las Escrituras hebreas se clasificaron en tres divisiones: La Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos, Luc. 24:44.
La “Ley de Moisés” contiene las instrucciones que Dios le dio al pueblo de Israel y que se identifican como: Leyes, mandamientos, decretos, ordenanzas y estatutos. Independientemente de su clasificación, como todas las instrucciones vinieron de Dios, todas son santas, buenas, y convenientes. Aclaremos que las leyes civiles fueron dadas a Israel cuando Dios estableció la nación y la religión. Se incluyeron leyes civiles porque Israel fue establecida como una nación; esas leyes no se aplican en nuestros días porque el cristianismo no fue establecido como otra nación. Recibimos solo la herencia religiosa pero no la herencia política.
| DIVISIONES | HEBREO | PROPÓSITO |
| Instrucciones | Torá | Señalar el camino indicado por Dios. |
| Profetas | Nebihim | Aclarar, corregir y reprender los desvíos del pueblo. |
| Otros Escritos | Quetubin | Sección histórica y poética de lo que le sucedió a Israel. |
Instrucciones: Los libros de Moisés Génesis, Éxodo, Levítico y Números fueron escritos entre 1.500 y 1.410 a.e.c. En el año 1.405 cuando el pueblo iba a cruzar el río Jordán, el Señor le indicó a Moisés que escribiera de nuevo las leyes para la nueva generación que cruzaría el Jordán. Así fue como Moisés compiló y produjo el libro Deuteronomio. Este libro contiene los asuntos esenciales del reino de Dios en un solo tomo y no incluye los detalles minuciosos sobre la construcción del santuario. Es un libro muy bueno para las nuevas generaciones y es un libro ágil e interesante. En Deuteronomio se identifica el camino señalado por Dios: “Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” Isa. 30:21.
Profetas. Esta sección contiene los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel; los escritos de los profetas menores desde Daniel hasta Malaquías se agrupan en la Biblia hebrea en un solo tomo. Por la extensión de los escritos, éstos se clasifican en profetas mayores y profetas menores, es decir, los escritos de los profetas menores son cortos, mientras que el de los profetas mayores son largos.
Otros Escritos. La tercera sección en la Biblia hebrea contiene los libros poéticos, históricos y de sabiduría como los Salmos, Eclesiastés y Proverbios. Son consejos útiles producto de chascos y frustraciones, para que el pueblo de Dios esté prevenido y se libre de dolor y sufrimiento que generan los errores y las equivocaciones personales.
Lo importante aquí es comprender cuál es la diferencia entre estas tres secciones. Mientras que la primera sección define claramente cuál es el camino que Israel debía seguir, en la segunda sección de los profetas, se registra la intervención de Dios ante un pueblo que se había desviado del camino señalado; así, los escritos de los profetas no solamente aclaran, enfatizan o enseñan la manera correcta de interpretar y de llevar a la práctica las indicaciones de Dios, y reprenden al sacerdote, al rey o al juez por la manera como se estaban ignorando, permitiendo o aplicando mal, las indicaciones de Dios. Aquí no hay excepciones. Dios dijo, y así es.
En muy importante mantener en mente esta panorámica del propósito y objetivo de las tres secciones, pues son necesarias al definir lo que buscamos o queremos saber. Por ejemplo: Un creyente quiere encontrar aliento, inspiración, consejos para el diario vivir, es decir la aplicación de los criterios y consejos de Dios a la vida práctica; debe ir a la sección tercera donde están los Salmos, Proverbios y Eclesiastés. Si quiere saber lo que ocurrió en un período o fecha precisa, pues los libros históricos de Samuel, Reyes y Crónicas, le van a dar la información registrada.
Si queremos saber cuál fue el problema real por el cual Adán y Eva perdieron el privilegio de vivir por la eternidad, debemos seguir las reglas establecidas: Identificar el marco histórico para saber qué sucedió, dónde sucedió, cuándo sucedió, por qué sucedió y para qué el Señor lo permitió. Necesitamos igualmente conocer el significado de las palabras en su idioma original. Lo que fue escrito en hebreo o en griego, requiere ser traducido a otros idiomas, y a veces sucede que una palabra que es rica en significado en el idioma original, no logra encontrar un vocablo similar en el idioma receptor. Se debe entonces describir o algunas veces transliterar.
Además de lo anterior, es necesario conocer el marco cultural y político (si el evento ocurre cuando los imperios tratan de imponer su cultura y su lenguaje). Es necesario incluir el soporte bíblico y la sustentación teológica, pues las reglas de juego y los requerimientos de Dios son iguales en cada época. No hay tal que Dios pone las cosas fáciles para los del Nuevo Testamento y complicadas a los del Antiguo Testamento. Eso no sería justo.
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Hola Mario: Muy interesante esta ampliación de lo que estamos estudiando en el folleto de este trimestre. Te pregunto: por que haces referencia solo al Antiguo Testamento? Gracias por tu respuesta. Gracias por compartir tus escritos. Saludos a Raquel.
Adamelis ________________________________ De: Inter-Religioso Enviado: viernes, 29 de mayo de 2020 16:37 Para: melitazam@hotmail.com Asunto: [New post] CÓMO INTERPRETAR LA BIBLIA-1
mnino99 posted: ” Por Mario Niño, DMin.Al terminar el trimestre sobre el estudio del Santuario, alguien me comentó: “Pasamos todo el trimestre y al final no pude entender qué era lo que teníamos que aprender acerca del santuario”. Esto pasa a menudo; ocurre cuando los que”
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