Cuando la Biblia dice que “la fe si no tiene obras es muerta” Sant. 2:17,20 nos está indicando que las obras son importantes y necesarias. Aquí entramos a un verdadero campo de batalla teológico, donde hay grupos que proclaman ‘la fe sola’ lat. Sola Fide, (como fue la posición de Lutero), y otros que defienden que las obras son indispensables. El conflicto lo generaron los teólogos cristianos, cuando intentaron aclarar cómo se salva la gente: Por gracia o por obras. Lamentablemente en ningún momento aclararon qué era la salvación por obras.
En los diferentes idiomas la transferencia del significado de un idioma a otro se llama traducción. Hay ocasiones cuando el idioma receptor no tiene una palabra que tenga el mismo significado y se prefiere ‘transliterar’ eso es: Representar los signos de escritura de un idioma a otro. Así es como usamos la palabra griega ‘kristós’ y la pronunciamos Cristo, cambia solo el acento. En el caso de las palabras ‘obra’ u ‘obras’, cuya raíz viene del latín opus (singular) y ópera plural señalan gramaticalmente el número de personas.
Cuando los predicadores hablan de ‘obras’ deberían aclarar la diferencia pues hay obras que se producen en forma espontánea y se realizan sin coacción, cuando el corazón fue transformado por el poder de Dios. Ahora, ai el corazón no ha fue transformado, las obras no se manifiestan. En este artículo las obras espontáneas vamos a identificarlas con las letras OE. Las otras obras, que se generan por decisión propia, por obligación o por manipulación que usualmente dirigentes religiosos para lograr beneficios las identificaremos con las letras OI (obras por influencia de la iglesia).
Con la anterior aclaración, las obras que son aceptable por Dios salen espontáneamente, producto de un corazón transformado por Dios. En cambio las obras forzadas generadas por el miedo al castigo o la conveniencia personal no son aceptables para Dios. Las obras que se producen automáticamente se pueden ilustrar con a la semilla que se siembra y recibe la acción del sol y los nutrientes de la tierra produciendo automáticamente los frutos. Por eso el apóstol Santiago dijo que “la fe, si no tiene obras, es muerta” es decir, la fe no existe, no la tienes y si no la tienes nunca se producirán los frutos.
Recordemos que nos relacionamos con un cristianismo que por interpretar el texto sagrado incorrectamente, está subdivido en más de 44.000 denominaciones, con la terrible realidad que no hay 44.000 caminos diferentes que conduzcan al cielo. Los feligreses en las diferentes denominaciones cristianas no son culpables de ello, pues la interpretación de las Sagradas Escrituras Dios la asignó a los dirigentes religiosos, no al pueblo. Las familias no tenían las Escrituras, ni era su responsabilidad estudiarlas e interpretarlas; ese era el deber de los sacerdotes levitas.
El cristianismo que hoy observamos no es el la religión original que se transfirió del judaísmo al cristianismo por decisión divina (Mat. 21:43). Es un cristianismo producto de la discrepancias que surgieron a finales del primer siglo acerca de la naturaleza de Jesús como el enviado por Dios. Esta polémica afectó al cristianismo desde finales del primer siglo hasta el tercer siglo. Los dirigentes de la iglesia cristiana de esos siglos emplearon el tiempo en discutir asuntos secretos que Dios no reveló y descuidaron el estudio cuidadoso y la investigación bíblica. La situación del cristianismo se complicó en el siglo cuarto con la intervención de Constantino el Grande.
Cuando el Senado Romano reconocía o elegía a alguien como emperador automáticamente le confería el derecho de ser el ‘pontífex maximus’ del paganismo que era la religión del imperio romano. Constantino razonó que al haber legalizado al cristianismo al Imperio Romano mediante el Edicto de Milán en el año 313 e.c., él automáticamente era también el ‘pontifex maximus’ del cristianismo. Así empezó a intervenir en la dirección, organización y resolución de conflictos del cristianismo. Como resultado de ello, el cristianismo se desvió de la senda trazada por Dios.
¿Constantino hizo todo lo que hizo porque fue convertido al cristianismo? La respuesta categórica es: NO. Ni siquiera fue bautizado y la decisión de ser bautizado la tomó en el último año de su vida (año 337 e.c.) cuando estaba en el lecho de muerte del cual nunca se levantó. Entonces ¿por qué Constantino intervino en el cristianismo? Porque a él como emperador le convenía que en el imperio se disfrutara de estabilidad en lo civil, lo social, lo económico, lo político y lo religioso. El paganismo y el cristianismo, deberían ser de beneficio para el imperio y de beneficio personal para él y para el futuro político de sus hijos.
Así que en cuanto a la pregunta: ¿Cómo se salva la gente: Por gracia o por obras? La respuesta correcta es que somos salvos por Dios, porque Él de manera voluntaria y en un acto de justicia, decidió antes de la fundación del mundo que el ser humano no debería perder la vida eterna por caer en la trampa de Lucifer. Pero, los requerimientos para vivir por la eternidad y que fueron establecidos por Dios, debe ser aplicados y la ekklesía (la iglesia) no los puede alterar. La entrada al reino de Dios no se determina por disposiciones establecidas por la iglesia (o en este caso por las miles de iglesias del cristianismo), sino por lo establecido por Dios mismo.
En síntesis: La obras que son válidas y aceptables ante Dios, se producen espontáneamente como resultado un corazón transformado por el poder divino. Cuando no se producen esas obras espontáneas (OE), es porque no se ha realizado la transformación del corazón pues Dios no ha sido reconocido como soberano y supremo en la vida de esa persona. Esa persona dirige su vida como quiere y como le conviene, ignorando las instrucciones dadas por Dios en la Biblia. Tal persona puede hacer muchas cosas buenas pero esas cosas no le garantiza la eternidad. Hoy deberíamos estudiar cuidadosamente la revelación dada por Dios a través de Moisés y que fue compilada en el libro de Deuteronomio. Al estudiar en primer lugar ese libro conoceremos quién es Dios y por qué hace lo que hace. La iglesia forma parte de la logística de Dios en su plan eterno, pero nunca, escuche bien, nunca debe modificar lo establecido por Dios ni mucho menos estar por encima de Dios.
L recomendamos leer el artículo anterior: La Fe sin Obras-1R en www.inter-religioso.com – Envíeme sus comentarios y opiniones a: nino@andrews.edu (y por favor, indíquenos desde qué país y ciudad nos está escribiendo).
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word: inter/magazine/salvation/lafesinobras-2 sp Revised Nov. 10, 2021.