El hacer llegar el evangelio eterno a todas las naciones formó parte de la misión original dada a Israel. Se lograba como resultado de aplicar el primer requisito que era: Aceptar la soberanía de Dios. Esta misión original incluyó el método centrípeto donde las naciones vendrían a Jerusalén para conocer al Dios de Israel. Al transferir el reino de Dios a la iglesia cristiana (gr. ekklesía), el Señor cambió el método centrípeto por el método centrífugo, donde la fuerza partía de Jerusalén hacia las naciones. Mar. 16:15,16. El cambio de método no anula la misión original y no convierte a la gran comisión de predicar el evangelio, en la misión de la iglesia. 

Decir que ‘la gran comisión’ forma parte de la misión original es correcto. Afirmar que la gran comisión anuló la misión original y se convirtió en la misión de la iglesia, es incorrecto. Esta confusión dio prioridad a la predicación, y ha ignorado la misión original. La iglesia cristiana no cumple la misión original al dedicarse solamente a predicar creencias y doctrinas, y se agrava, cuando estas creencias y doctrinas se convierten en un medio para ganar adeptos.  

Dios fue claro cuando advirtió el peligro de desviarse del camino. En el año 740 a.e.c., el Señor habló por medio de Isaías y dijo: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” Isa. 30:2. Esta no fue la primera vez que Dios advirtió al respecto. Por medio de Moisés en el año 1.405 a.e.c. (665 años antes de Isaías) Dios dijo: “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón…para que tengas prosperidad? Deut. 10:12,13.

La iglesia cristiana no tiene que inventar nada. Lo que debe hacer es, seguir el camino señalado por Dios. El cristianismo ha hecho lo contrario al enseñar que ‘el Antiguo Testamento es el antiguo pacto’ y, ‘que el día séptimo fue el día de reposo establecido para los judíos’. Estas dos declaraciones son erróneas al no seguir el procedimiento correcto de investigación bíblica. Cuando se parte de una hipótesis incorrecta, la interpretación no puede ser verdadera.

Analicemos estos datos: 1. El apóstol Pablo afirmó que: “Dios nos escogió en Él antes de la fundación del mundo” Efe. 1:3,4. Este pacto eterno se estableció cuando no existía el pueblo de Israel. 2. El séptimo día fue establecido por Dios como día de reposo al final de la primera semana de la creación. No existían ni judíos, ni católicos ni protestantes. Gen. 2:1-3. Y no se estableció este dia para identificar una religión, pues tampoco existían las religiones.

Así mismo, Dios definió el propósito del pueblo de Israel, cuando en el Sinaí (1.445 a.e.c.), les dijo: “Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.” Lev. 11:45. Esta fue la declaración de propósito (o declaración de misión), dada por Dios a Israel como el pueblo de Dios (Deut. 7:6-11). Destaca en primer lugar la soberanía de Dios, y en segundo lugar enfatiza la necesidad de transformar el carácter al modelo divino. En esto, fallaron los judíos. 

En la aviación, los pilotos siguen un procedimiento cada vez que inician un nuevo vuelo. A viva voz mencionan uno por uno los pasos a seguir. Aunque tengan muchas de vuelo, no confían en la memoria para realizar los procedimientos. Mientras uno de los pilotos menciona cada paso, el otro repite lo que escuchó y realiza el proceso. En esta forma el procedimiento queda grabado en la ‘caja negra’. 

El libro Deuteronomio es como un manual de procedimientos que se debe seguir cuidadosamente sin ignorar ningún paso. No debemos confiar en nuestra memoria, ni en lo que nos dijeron o nos enseñaron los instructores. Debemos comprobar por nosotros mismos porque en el juicio final cada ser viviente debe dar cuenta de la verdad recibida. Dios no le pedirá cuenta al dirigentes religioso sea sacerdote, o rabino, o reverendo, o pastor. 

Israel perdió la representación del reino de Dios cuando Jesús dijo: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.” Mat. 21:43. Al transferirse el reino de Dios del judaísmo al cristianismo, se transfirió en primer lugar el propósito original. La iglesia cristiana debe cumplir ese propósito. No debemos ignorar la indicación divina.

La pluma inspirada escribió: “Por cuanto los hijos de Israel no cumplieron con el propósito de Dios, fueron puestos a un lado, y el Señor extiende su invitación a otros. Si estos también son infieles, ¿no serán rechazados de la misma manera?” E. G. White, PVGM, 249.5 Hoy día la iglesia cristiana no está cumpliendo el propósito original, y promueve un propósito diferente. Necesitamos comprender la misión original dada a Israel para poner en práctica. 

Si usted tiene el privilegio de estar en una posición de dirección o liderazgo, recuerde que la misión original no ha sido anulada. Si Dios hubiera pensado en anular su misión original, no hubiera sido necesario transferir el reino. Si como feligrés o estudiante de la Biblia observamos que nuestra denominación se desvió del sendero trazado por Dios, debemos regresar al camino pues no seremos clasificados para el reino de Dios corporativamente o en grupos. La clasificación es individual. 

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