Por Mario Niño, DMin.
La seguridad de Israel se lograría solamente si seguía cuidadosamente lo indicado por Dios. En 1.445 a.e.c. en el Monte de Sinaí Moisés le advirtió al pueblo: “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella…” Deut. 4:1,2. En pocas palabras: sin regateos, sin descuentos, sin excepciones. En el siglo VIII a.e.c. Israel había llegado a una increíble confusión mental y una alteración de valores, según lo describió Isaías el profeta.
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