DIOS ESTABLECIÓ UN SOLO PUEBLO – 3

Por Mario Niño, DMin.Como ustedes habrán notado, en la mayoría de los casos quienes tienen la responsabilidad de enseñar las lecciones bíblicas casi siempre usan el método descriptivo por el cual se narra y se explica el tema o evento bíblico. Este método es conveniente cuando la persona tiene poco o prácticamente nada de conocimiento al respecto; podríamos decir que es el primer nivel en el estudio de la Biblia. Pero cuando las personas ya saben algo, hay que usar el método prescriptivo por el cual se preceptúa, se ordena o se indica lo que se debe hacer. Descriptivo y prescriptivo son adjetivos. Mientras que el descriptivo cuenta lo que sucedió, el prescriptivo señala la acción o la corrección.

¿Necesitamos algún ejemplo para el método prescriptivo? Aquí va uno: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás…pero yo os digo…” Mat. 5:21,22. A partir del ‘pero yo os digo’, el Señor aclara, indica y ordena, que se corrija el rumbo o la práctica. Insistir en seguir enseñando las lecciones del libro de Daniel con el método descriptivo no nos va a llevar a ninguna parte. Las iglesias seguirán haciendo lo mismo y los feligreses también. ¿Por qué? Porque en el ambiente de Laodicea la mayoría pensamos que ya somos ricos y ‘de ninguna cosa tengo necesidad’ Apoc. 3:17.  

Es por esta razón que enfatizamos el método prescriptivo y animamos a considerar preguntas como: ¿Por qué ocurrió el exilio? ¿Por qué los judíos estaban en Babilonia y no en Judea? Si su respuesta es: “Fueron llevados en cautiverio a Babilonia por Nabuconodosor”, su respuesta es correcta, pero es solo una respuesta descriptiva. Lo que necesitamos no es conocer lo que sucedió, sino ¿por qué sucedió? A Laodicea le está sucediendo lo mismo que al judaísmo; por eso es urgente realizar cambios en la orientación, motivación y capacitación que permitan rectificar el rumbo. Pablo advirtió: “Si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.” Rom. 11:21

Cuando Dios estableció el pueblo de Israel, le dio instrucciones precisas, les indicó cuál era Su propósito y les señaló el camino diciendo: “Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha ni torzáis a la mano izquierda.” Isa. 30:21. El propósito de Dios era impartir ricas bendiciones a todo el mundo mediante la nación judía y la nación judía (ilustrada con la metáfora de la Viña del Señor en Isa. 5:1-5) debía producir frutos y… no lo hizo. ¿Cuáles eran esos frutos? “Revelar los principios del reino (de Dios), representar el carácter de Dios y producir el fruto de santidad y abnegación.”  E.G. White, Palabras de Vida del Gran Maestro (PVGM) pág. 232, 243.

Por desviarse el judaísmo del propósito de Dios, los sacerdotes, (quienes eran los dirigentes religiosos del pueblo) estaban haciendo cosas que no eran prioritarias y estaban descuidando las cosas que eran verdaderamente importantes. Y… sucedió lo que sucedió. La pluma inspirada señaló: “Los sacerdotes y los maestros no realizaban su sagrado oficio como si hubieran estado manejando la propiedad de Dios. Robaban sistemáticamente los bienes y recursos confiados a ellos para el adelanto de la obra.” Ibid 239 (Ibid significa que es el mismo libro referido anteriormente que en este caso es PVGM). ¡Que contraste! Mientras que los pioneros adventistas del siglo XIX promovían sistemáticamente la benevolencia, los sacerdotes judíos lo que hacían era robar sistemáticamente los recursos del Señor.

Aquí valdría la pena señalar que la responsabilidad de la mayordomía es una calle de doble vía y tanto  la fidelidad como la integridad deben operar en ambas vías. No es que se practique la integridad de allá para acá (en este caso ‘allá’ señala a la base a los feligreses; y ‘acá’ señala a los que dirigentes). Los dirigentes deben ser cuidado en cómo administran los recursos.

¿Por qué la experiencia de Judá debe servirnos como ejemplo? La pluma inspirada afirma que: “La parábola de la viña no solo se aplica a Israel. Encierra una lección para nosotros. La iglesia en esta generación ha sido dotada por Dios de grandes privilegios y bendiciones, y él espera los resultados correspondientes.” Ibid pag. 242. Dios espera resultados de cada nueva generación: Los frutos son los principios y valores del reino de Dios y una vida de santidad y abnegación. Es Dios quién espera frutos de la nueva generación, así como también de la antigua generación.

Desde el 527 e.c. el emperador bizantino Justiniano I, tomó la decisión de (1) restaurar el Imperio Romano Occidental (que cayó en el 476 e.c.) y (2) reestablecer la unidad de la iglesia cristiana.  Él quería tener unidad en las cuestiones civiles del imperio y unidad en las cuestiones de la fe. Justiniano tenía capacidad como teólogo y escribió mucho sobre asuntos teológicos. Esto facilitó que en el 533 e.c. 

en su famosa Corpus Juris Civilis  Justiniano incluyera leyes civiles y eclesiásticas, por medio de las cuales la supremacía eclesiástica del papa fue oficialmente legalizada. Esta supremacía se hizo efectiva, cuando Roma fue liberada del dominio de los ostrogodos el 21 de junio del año 538 e.c. fecha en que se inicia la supremacía del cuerno pequeño por 1.260 años “echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso” Dan. 8:12.

En estos 1.260 años correspondientes a la edad oscura o edad media se prohibió la traducción de la Biblia, se sometió la interpretación de la Biblia a lo que decía la iglesia, y se equiparó la tradición al mismo nivel de autoridad de la Biblia. Esta situación cambió el 31 de octubre, 1.517 cuando se inició la reforma protestante luterana que generó la traducción de la Biblia al alemán, al inglés, al francés y posteriormente a otros idiomas. Desde entonces el remanente tiene la responsabilidad de salir en defensa de la verdad y para ello se requiere que los creyentes reciban instrucción y capacitación en cuanto al estudio de las Sagradas Escrituras. 

Las Escrituras Hebreas clasifican los libros en tres secciones: La primera sección contiene las instrucciones (heb torah) de Dios dadas como mandamientos, leyes, decretos, estatutos y ordenanzas. En esta sección Dios señaló el camino que debían andar. La segunda es la sección profética que rectifica, aclara y anima a los hebreos en cuanto a la aplicación de la verdad. La tercera sección, agrupa los libros históricos, de poesía y de sabiduría.  Los 1.260 años se cuenta a partir del 538 e.c. (siglo VI) y concluyen en 1,798. 

En vista de las actividades agresivas del cuerno pequeño contra el santuraio y su ministerio sacerdotal, la pregunta que surge es: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio y la prevaricación asoladora…? La respuesta fue: “Hasta dos mil y trescientas tardes y mañana; luego el santuario será purificado.” Dan. 8:13,14. El papado distorsionó la verdad de Dios y estableció un sistema de adoración diferente para el cual no tienen ni soporte bíblico, ni sustentación teológica. El remanente debe restaurar la verdad presentando un “Así dice Jehová” y esto solo se logra si estudiamos y profundizamos en el estudio de Su Palabra.

Le ofrecemos a cada uno de ustedes el cuadro sinóptico del libro de Daniel. Envíenos un correo a:  nino@andrews.edu y cuéntenos si estos artículos y materiales le han sido de utilidad. Por favor mencione la ciudad, país e iglesia desde donde nos escribe. Comparta con sus amigos la página web: www.inter-religioso.com y lea “La verdad sobre el catolicismo”.

“CONOCIENDO EL MUNDO DE LAS RELIGIONES, Y LAS RELIGIONES EN EL MUNDO.

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