Por Mario Nino, DMin.

Para comprender el libro de Isaías es necesario considerar el marco de referencia, incluyendo el espectro macro (grande) que es ‘el gran conflicto entre el bien y el mal’ y que surgió antes de la fundación del mundo. Esa es la razón por la cual Dios hizo responsable a Lucifer y no a nuestros primeros padres. En los 1.500 años de historia del pueblo de Israel antes de la era cristiana Dios estableció una “nueva” religión monoteísta (basada en un solo Dios), que marcaría la gran diferencia con las otras naciones politeístas. Israel fue establecido como una nueva nación y fracasó en cumplir el propósito de Dios al no producir los resultados esperados. Los libros de Moisés describieron en forma clara y precisa el camino trazado por Dios para Israel. Setecientos años más tarde ante la increíble desviación de Israel, Dios envió su artillería pesada de profetas para recuperar a Israel de tal forma que pudiera regresar al camino original. Esos profetas en orden cronológico fueron: Amós (753 a.e.c.), Miqueas e Isaías (740 a.e.c.) y finalmente Oseas (729 a.e.c.). Tres profetas menores (escritos cortos) y un profeta mayor (Isaías) que forman parte de la segunda división de libros en la Biblia hebrea. Es importante que leamos los libros de Amós, Miqueas y Oseas para comprender mejor el medio ambiente existente en el tiempo de Isaías.